domingo, 20 de enero de 2013

Wild world

La vida es una jungla dicen algunos, me lo dice mi papá y Cat Stevens también. http://www.youtube.com/watch?v=DHXpnZi9Hzs
Bueno, cuando yo era más joven pude hacerme de una idea sobre lo que podía significar pero no tenía ni puta idea. Pensaba que la jungla la representaban las cosas subjetivas como la dificultad para lograr metas. Hoy por hoy me doy cuenta, y quizás lo hubiera hecho más temprano de haber escuchado con detenimiento la letra de aquella canción, de que la jungla de la que medio planeta habla la constituyen las personas alrededor. En sus dos caras, la bella y la terrorífica,  una de noche, otra de día, tanto la vida como la jungla, los humanos están ahí.

Empezando, claro, por lo peor, lo desquiciante, lo agobiante tenemos que este escenario está delimitado por la imposibilidad de controlar mentes ajenas. Es diferente de lo que se puede lograr en un medio inanimado en el que uno puede manipular las circunstancias a favor propio y ya solo con eso se puede ver lo que implica para la prosperidad de quien pretende inmiscuirse con esta especie.
Lo anterior no involucraría ninguna dificultad de no ser por que el humano tiene la multiple-originaria necesidad de pertenecer a otra u otras vidas. Unas veces con una necesidad pavorosa, otras más con un visionario interés, pero en cualquiera de las dos modalidades, una vez siendo presa y siendo poco capaz de moderarse, se está en el hoyo negro sin escape.

Pasando a lo placentero, lo agradablemente tibio, lo febril, degustar humanos pues...
La belleza del humano, que para mi, y honestamente lo digo, conlleva aspectos físicos, las mas de las veces, pero también las sensaciones que provocan algunos. Gestos, palabras, tonos, acentos, muletillas.
La humedad de la piel joven, mucho más deleitante cuando el poseedor lleva una vida trajeteada;  la fluidez de sus movimientos, la coquetería de las sonrisas, el jugueteo donde no está permitido. El sentir, por la forma de incidir en el mundo, que alguien fue criado bajo las mismas circunstancias que las propias, o mejor aún, sentir que otra visión de la vida es adorable sin ser mínimamente parecida a la propia.
Es imposible no caer de rodillas ante tan apetitoso manjar.

Los humanos no tienen de otra más que dedicar más tiempo a pensar en otros como ellos en vista de que son los mayores delimitantes de la calidad de su estancia en esta tierra. No serán lo único, pero la mitad de cada uno de nosotros los desea con desenfreno y el avance del restante 50% de nuestro interés estará sometido a marcos que son regidos por ellos. (LOL)

Los humanos son entonces lo peor, lo mejor pero también lo único.


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