domingo, 21 de octubre de 2012

Nunca describí una guardia pero la de anoche...

Nunca describo una guardia aún cuando esta haya sido buena porque se que  ya no significará lo mismo al dia siguiente o porque se que nadie poddrá sentirla como yo aún cuando trate de describirla lo mejor que pueda y si estoy a punto de describir la de anoche es porque probablemente mi parte humana me lo exige y seguramente porque aún siento la euforia de ayudar, de ser productiva haciendo lo que más me gusta.

Anoche... anoche fue increible.

No relataré nada, solo quiero enlistar: muchos recien nacidos, muchas mujeres a punto de tener en sus manos el objeto que les cambiará su vida por completo, mucha música melancolica de fondo para recibir peques; mucho The Walkmen para alimentar al corazón y mantenerse viva; DIOS! muchas primeras miradas entre madre e hijos y ante esto ultimo muchas mentes alrededor que van desde las anhedonicas hasta las taradas y perplejas como la mia; rostros con miradas de stress, de impotencia, de frustracion, de abotamiento por el calor infernal de anoche; y hablando de clima, la temperatura cambiaba constantemente, afuera el frio acompañandome a fumar, adentro el calor de las parturientas y de la actividad intelectual. Y por cieto, todos los enfermos hablan de temperatura: que si los cambios te dan gripa, que si hace frio acá afuera.

El kit de personal de la salud incluye: el interno que cree que sabe más que uno y que no puede vivir sin hacer parecer que así es no dirigiendote una mirada nisiquiera cuando le acabas de salvar el pellejo; el  interno hacendoso, tierno y con instinto de obrero bien amado; el residente inseguro que sienta su autoestima intentando aplastar la de alguien más con reglas estupidas.
UFF!! las hermosas enfermeras añosas y las perras recien llegadas al mundo de la enfermería que defienden con tezón los ideales de la disciplina.

El miedo de unos de no tener donde dormir y la indiferencia de otros mientras haya alguien a quien atender.

La irreverencia de unos, la conformidad de otros.

Los internos hermosos hasta la locura febril.

Las almas quejumbrosas.

El saber que no vas a morir ni aunque quisieras estando dentro de ese recinto: siempre hay agua, siempre hay reanimadores, no solo quimicos humanos también, ya sea en su modalidad libidinezca o como simple respaldo emocional ofrecido.

Los recobecos del hospital, obscuros que muestran la luminosa ciudad de guanatos barrio.

Que por vez primera tu padre no pueda hablar contigo porque estás ocupada con un paciente, aunque este no tenga mas de doce horas de vida y con ocupada se refieran a estar poniendo la mamila en su floja e inexperta boca. JAJAJAJA.

Saber que alguien está pendiente de tí aunque esté a kilometros de distancia. Imaginar que un día será lo mismo pero con la variante de que la distancia ya no será medible. Y esto ultimo es lo unico que pesa en toda la noche. Estás pagando tu felicidad con la infelicidad de otros y con un poco de la tuya.

Personas latientes de vida por un lado de la barda y al otro los restos de quienes se fueron hace mucho.

Las visitas de amigos entrañables aunque no seas visitas totalmente gustosas; que te reconozcan las personas reconocidas en los pasillos, aunque no recuerden tu nombre y mucho mejor cuando lo recuerdan; que te ignoren algunos para elevar su status porque saben que en la mañana un alma más pretenciosa les restará un poco de ella. JAJAJAJA

Vestirse y desvestirse... comer y ver a los demás no hacerlo tambien para elevar su status: la guerra eterna del humano con la naturaleza que lo tiene en el yugo y en la gloria al mismo tiempo. Yo la obedecí cada vez me llamó, excepto cuando se trató de invitarlo a salir después de verlo desear que lo hiciera, de verlo desear poder hacerlo él mismo.

Uno siente que ya puede morir pero que sería una pena no ver qué otras cosas le van a pasar a un alma como la propia.

Crecer y saber que uno no es lo que fue hace tiempo, duele un poco, pero el pasado duele de seguro.

Y claro... nunca me falta el café y los cigarros de contrabando.

Anoche me acompañaron todos mis fantasmas.

En fin... como cada vez y como mi aferrada pesonalidad lo dicta, quisiera que esta sensacion no terminara pero si el ensayo y error me ha llevado a saber que ocurrirá lo contrario, no tengo más que declarar, en una frase como final, cómo me hizo sentir la guardia de anoche a fin de hacerla mía solo por hoy: anoche fui la que siempre he querido ser.








11 comentarios:

  1. Me da gusto leerte, me parece que has crecido mucho. Y quisiera tener la pasión por la clínica que parece que tienes, pero si no fuese como soy no sería yo (;.

    Mucha suerte, mucho gusto saludarte, abrígate bien, cuídate mucho y trata de no fumar tanto.

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    1. Muchas gracias por tomarte la molestia de escribir.

      Ojalá hubieras puesto tu nombre así sería más individualizada mirespuesta.

      Gracias por los consejos, a veces yo me olvido de esos.
      Saludos!

      PD. No sé cómo hiciste para notar que me gusta la clínica pero así es.

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    2. Piensen en mí como un amigo anónimo que marchó entre las filas de la policía de Springfield para después convertirse en jefe Górgory (:

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    3. o.k. estudiaste medicina y ahora no más. Eres Isra?
      ¿eres Peke-kun? que intriga... O_O'

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    4. Quién dijo que dejé de estudiar? Hay de médicos a médicos! Además ya te dije que soy el jefe gorgory, no hay necesidad de especular más.

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    5. JAJAJAJA o.k. ahora veré con malicia los rostros de todos en el hospi.

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    6. Seguro sonreirás cuando te vea y sabré quién eres.

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